Seguimos adelante probando la TL en llano y como podría decirse, "esta bicicleta vale lo mismo para un roto que para un descosío". Tremendas son las sensaciones de esta máquina que si ya ha demostrado sus aptitudes en la montaña, subiendo y bajando lo imposible, es ahora cuando lo más áspero le espera. Caminos interminables, algunas sendas, campo a través y mucho, mucho aire que sería a la ida y a la vuelta, algo típico de aquí de Albacete.
A pesar de ello, rodar con ella es una delicia, algo que se presta al pedaleo aunque superemos el límite de 25 km/h, y la movamos con piernas sin asistencia. De esta manera terminaremos los casi ciento cincuenta kilómetros con batería de sobra.
Ahora a esperar y en cuanto sea posible, ver si llegamos a los 200 kilómetros que a bien seguro, será posible.
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