Todo comenzaba un sábado con la recogida de la bicicleta de test que allí tienen y que preparada, como recién salida de la fábrica allí me estaba esperando para inyectarme en vena esa droga compuesta de sendas y electrones.
Pero si es que ya desde el momento de sacar la bicicleta sientes como vas con un objeto de deseo, todos la miran al pasar y tu, tu la quieres probar.
Como el que un tesoro tiene, ansioso de subir en la tarde del sábado estaba y por ello sin utilizar la APP Mision Control de Specialized a Chinchilla marché a por mi café y ruta.
Entonces, el modo de ayuda sería a ojos cerrados pues el sistema de la marca te dice que lo instales en un GPS actual o bien en el teléfono móvil y luego, bien programando por horas o por kilómetros o bien pudiendo observar la marcha de la batería previa programación de los tres modos de respuesta y potencia máxima de entrega, a ello te dispusieses.
Y el resultado no estuvo nada mal pues busqué unas cuantas sendas de esas que se suele echar pie en tierra o subir justito y claro, el resultado a propios y extraños no es nada nuevo. Venga a subir sin más límite nuevamente que yo, igual que pudiese ocurrir con PedroOzone en Alicante y la Mondraker Crafty.
En este caso, se tiene que reconocer que Chinchilla es conocido y con automáticos y sin plataformas pero sin llegar de lejos al Maigmonazo que nos pudimos marcar y que será referente para muchos años.
Disfrute máximo y ruta a ojo que daría lugar a que tras 1.100 metros de desnivel y 50 kilómetros, la batería dejase de ayudar para otorgar a mis piernas los últimos kilómetros que no supondrían suplicio alguno.
Sudado, con piernas cansadas a casa, que tras una noche corta al día siguiente tocaría marchar a realizar algo serio en Moixent y Vallada y eso, eso es harina de otro costal.
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