viernes, 9 de diciembre de 2016

EL MAR, LA MAR, RAFAEL ALBERTI, 1924

Podré intentar escribir bien, ensayar y probar la poesía. Puede que parezca bueno, pero desgraciadamente no soy poeta aunque me siento poeta... maldita métrica que nunca pude comprender, ¿acaso la poesía necesita de reglas?

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, 
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste 
del mar?
En sueños la marejada 
me tira del corazón; 
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste 
acá?
Gimiendo por ver el mar, 
un marinerito en tierra 
iza al aire este lamento: 
¡Ay mi blusa marinera; 
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!







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