Todas las mañanas mientras me arreglo para ir a trabajar me asomo a la terraza y en ocasiones el sol que va asomando promete realizar un espectáculo fugaz, pues tan solo dura unos minutos, lo justo para ir corriendo por la cámara y aprovechar sus primeros rayos con los que se deja fotografiar hasta los instantes finales que con toda su fuerza se convierte en pura estela de fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario