Hacía meses que la ruta estaba guardada en mi carpeta de pendientes y con buenas sensaciones a la espera de hacerla. Lo que no me imaginaba era lo dura, agotadora en ocasiones y de tanta belleza que podía encontrar. Podría contar muchas cosas pero en esta ocasión, una fotografía vale más que mil palabras.
Lo que resultó curioso fue ver Madrid a lo lejos, lo grande y lo pequeño que puede resultar, Navacerrada y tantos lugares desde otra persectiva tan distinta a la que solemos estar acostumbrados.
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